Mientras en distintos países del mundo se conmemora con pesar el comienzo de la Primera Guerra Mundial, que dejó innumerables víctimas y cambió para siempre el panorama político planetario, en Bosnia-Herzegovina se celebra la figura de Gavrilo Princip, autor del magnicidio del Archiduque Franz Ferdinand de los Habsburgo, atentado que desató el conflicto bélico más grande de la historia hasta entonces. Su casa natal reconstruida fue inaugurada coincidiendo con el centenario del atentado; dicha casa de madera en la aldea de Obljaj, en el oeste de Bosnia-Herzegovina, había sido incendiada por militares croatas en 1995; ahora fue reconstruida por iniciativa de los vecinos, y cuenta con muebles rurales típicos de la zona, vestidos y otros artefactos donados por los herederos de la familia Princip. En las inmediaciones de la casa, el presidente del Parlamento del ente serbio de Bosnia, Igor Radojicic, inauguró un busto en memoria de Princip, cuya figura divide aún a los políticos y ciudadanos: mientras para los musulmanes y croatas es un terrorista, para los serbios es un símbolo de la lucha contra la ocupación austro-húngara.
Por esta razón hubo dos celebraciones simultáneas pero opuestas: una en Sarajevo, a la que asistieron invitados internacionales, y otra en Visegrad, en el ente serbio de Bosnia, con las autoridades serbias y serbobosnias. Una de las principales figuras que celebró el busto al nacionalista eslavo libertario, fue el reconocido cineasta Emir Kusturica. En el Museo del Atentado, el lugar más visitado durante estos días en Sarajevo, se pueden ver las huellas en el asfalto de Princip, que muestran el lugar desde donde disparó al archiduque y su esposa, y el pantalón y la bolsa del atacante, el documento original de acusaciones contra él y ejemplares de periódicos que informaban del atentado.
0 comentarios :
Publicar un comentario