Aunque para todas las generaciones sea siempre un problema “actual”, vinculado a las características de la vida en el presente, el consumo de drogas y alcohol, como forma de evasión de la realidad o para profundizar el conocimiento de ella mediante la alteración de la percepción y la conciencia, está presente en las civilizaciones humanas desde hace muchísimo tiempo. Un reciente estudio de la investigadora española Elisa Guerra-Doce revela que la utilización de drogas (como alcohol, amapola u hongos alucinógenos) era habitual incluso en el mundo prehistórico.
Según explica el artículo publicado por la revista Journal of
Archaeological Method and Theory, el consumo de drogas en los pueblos
prehistóricos era regulado de manera estricta ya que participaba del
régimen de creencias y rituales, por lo que era habitual en ceremonias
tales como entierros, pero no llegaba a convertirse en una adicción
individual. Era, en definitiva, un elemento de la vida comunitaria que
permitía a los pobladores ponerse en contacto con su espiritualidad, en
sintonía con las creencias populares respecto de lo que está más allá de
la percepción.
La investigación estriba en el descubrimiento de fósiles de hojas,
frutos o semillas de plantas psicoactivas, residuos de bebidas
alcohólicas y representaciones artísticas de la época, en las que se
puede observar el cambio de ánimo generado por los efectos de bebidas.
Se encontraron restos de adormidera en los dientes de un adulto del
Neolítico en España, semillas de cannabis carbonizadas en Rumania,
restos de cerveza de cebada y representaciones del uso ritual de hongos
alucinógenos, en los Alpes italianos.
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