¿Qué hacer con el plástico de las botellas de agua? ¿Cómo evitar el
desastre ecológico que generan los envases que utilizamos y descartamos
día a día? Estas preguntas, y el natural deseo de innovación, llevaron a
dos investigadores británicos a utilizar una técnica creada por el
cocinero vanguardista catalán Ferrán Adriá, la esferización, para
desarrollar un ingenio que puede sacudir el mercado de los envases: se
trata de la llamada Ooho, la botella del futuro, una botella de agua
comestible. ¿Cómo es esto? Sencillo: una doble membrana esférica
realizada con gelatinas comestibles.
La imagen del invento tal vez resulte chocante, pero en materia de
envases para la vida cotidiana tal vez el acostumbramiento termine
venciendo a la sorpresa. Para beber su contenido sólo hace falta
realizar un pequeño agujero sobre su superficie. Está claro, por lo que
puede verse en las imágenes, y los inventores lo admiten, que el ingenio
está en etapa de desarrollo, buscando la forma para perfeccionarse
hasta ser idónea para la comercialización y el uso masivo. Por lo
pronto, se trata al menos de una respuesta creativa y audaz para
resolver un problema que es cada vez mayor, y para el que no aparecen
soluciones en el horizonte: la cantidad de basura generada por la
industria alimenticia. Ooho es, aún rara e imperfecta, al menos una
botella completamente biodegradable.
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