La demanda mundial de energía será un 56 % mayor en 2040 que en 2010. Son las previsiones que la Administración de Información sobre Energía estadounidense (EIA) publicó en julio del año pasado. Para hacer frente al desafío, la innovación se convierte en una necesidad.
En Repsol han hecho de la necesidad virtud; la española es hoy una empresa más bien tecnológica, con una inversión de 420 millones de dólares (310 millones de euros) en I+D. Los más de 40 descubrimientos de hidrocarburos en los últimos cinco años son una de las manifestaciones más evidentes de esta apuesta por la innovación.
Y es que cada vez es más difícil acceder a nuevos yacimientos de petróleo y gas. En el sector, la tasa de éxito en sondeos exploratorios ronda el 25 % en las grandes compañías; sin embargo, Repsol ha conseguido situarse cerca del 40 %, apoyada en herramientas novedosas como el proyecto Caleidoscopio.
Algoritmia y videoconsolas
Caleidoscopio nace en 2007 de la colaboración de Repsol con IBM, el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España, la Universidad Politécnica de Cataluña y la Universidad de Stanford.
Es un proyecto vivo que combina técnicas clásicas de exploración de hidrocarburos con otras más modernas que utilizan ordenadores de gran potencia y se basan, entre otras herramientas, en microprocesadores de videoconsolas -y cualquiera que haya probado juegos como el Grand Theft Auto V sabe la capacidad que albergan estas máquinas-. Es la herramienta más potente del mundo en exploración de yacimientos.
Caleidoscopio une, pues, ciencia y tecnología de última generación, y tiene como objetivo interpretar imágenes sísmicas para posteriormente descubrir yacimientos de petróleo y gas respetando el entorno natural.
La innovación y el trabajo en red han desempeñado un papel importante en el desarrollo del proyecto. Gracias a una nueva generación de chips se pueden manejar complejos algoritmos matemáticos que permiten crear imágenes en 3D del subsuelo marino con una distancia de hasta 13 kilómetros. Con ellas se puede observar el interior de la tierra sin perforar la corteza terrestre, como en una ecografía humana.
Con la emisión de sonidos y el eco que producen se va formando una imagen en 3D que se procesa hasta 10 veces más rápido de lo que lo hacen otras herramientas disponibles en el mercado.
Tecnología propia
Caleidoscopio utiliza tecnología desarrollada 100 % por Repsol. Y es en parte gracias a Caleidoscopio por lo que Repsol cuenta con una tasa de éxito de sondeos exploratorios superior a la media del sector (39 % en 2013). El Instituto norteamericano de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos (IEEE) lo ha considerado uno de los cinco proyectos más innovadores a nivel mundial; las revistas Computer World y Petroleum Economist también han reconocido a la española por esta herramienta.
Todo ello pone de manifiesto la importancia de la I+D+i, que requiere un equipo de profesionales con la más alta cualificación. Científicos, geofísicos, matemáticos, geólogos, ingenieros... todos han contribuido en el desarrollo del proyecto Caleidoscopio, que cuenta además con el apoyo del Centro de Supercomputación de Barcelona. Un centro que dispone de uno de los superordenadores más potentes de Europa, el Marenostrum.
Caleidoscopio es un proyecto vivo que hoy se aplica, por ejemplo, en la exploración de la costa sudafricana. Con esta técnica no solo se obtiene una imagen geométrica de las capas del subsuelo, sino que brinda información sobre otros atributos, como las propiedades petrofísicas de la roca almacén e indicios del fluido que está presente en el subsuelo.
Además Caleidoscopio está incorporando aceleradores gráficos de vídeo (GPU, por sus siglas en inglés), que aumentan más aún la velocidad con la que se procesan los datos obtenidos. Así, la fiabilidad de las imágenes sísmicas aumenta las posibilidades de encontrar petróleo y gas a miles de metros bajo el subsuelo, colocando a Repsol en una posición aventajada en el panorama global de hidrocarburos.
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