El Mundial de Fútbol es una referencia obligada para comprender de
manera rápida y sintética el momento histórico del mundo en cada época;
en el año 2014, entonces, no es extraño que los avances científicos y
tecnológicos marquen esta competición, llegando a afectar a su alma, su
único elemento totalmente imprescindible: la pelota. La Brazuca, balón
oficial de la Copa Mundial de la FIFA, es el más estable de la historia:
apenas se desvía de su trayectoria en vuelo. Esto, según el Instituto
de Salud y Ciencias del Deporte de la Universidad de Tsukuba, Japón, se
debe a su construcción de seis paneles, que la diferencia de las pelotas
tradicionales, que cuentan con 32 paneles pentagonales y hexagonales, y
las más modernas de 14 y 8 penales.
Los investigadores han analizado el diseño de Brazuca mediante
túneles de viento, con la ayuda de un robot para golpear balones, y así
han concluido que sus características aerodinámicas convierten la
trayectoria de su vuelo en la más estable que se haya conocido hasta
hoy. La pelota Jabulani, por ejemplo, utilizada en el mundial pasado,
jugado en Sudáfrica en 2010, había sido desarrollada con 8 paneles y
según la prueba realizada recientemente, era menos estable que las
tradicionales que contaban con 32. Aquella pelota fue bastante discutida
por los propios jugadores que la utilizaron. Es decir que recién ahora
se ha encontrado la cantidad perfecta de paneles en una pelota, cuya
orientación y fricción modifican la resistencia aérea. Esto no significa
que el futuro no pueda deparar mejores balones: a la perfección en
cuanto a paneles se pueden añadir diferencias respecto de la rugosidad y
el material de su superficie.
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